sábado, 12 de mayo de 2012

RESCATE DE RECUERDOS EN MAYO

RESCATE DE RECUERDOS EN MAYO

Resulta difìcil escribir sobre alguien a quien casi no se conociò;yo tenìa nueve años cuando ella se fuè.Los recuerdos de mi infancia ,son escasos,quizàs porque ella- por su fràgil salud-sòlo tenìa periodos cortos de estadìa en el hogar;mamà aparecìa y desaparecìa de casa y yo dejè de preguntar a los mayores porque la respuesta era casi siempre la misma : -està en el hospital- ò ,-tiene que quedarse en la casa de la abuela porque el doctor no puede llegar hasta la casa a verla-. Yo vivìa en el campo-en un lugar muy alejado- y mi abuela en la ciudad y al parecer,si mamà no estaba internada en un hospital,era mejor que se quedara con su madre,para que el cardiòlogo la evaluara a diario.Sòlo recuerdo una ocasiòn en que mi padre nos llevò a mi hermana Akemi,a mi hermanito Roberto y a mì, a casa de la abuelita para que vieramos a mamà,ella estaba postrada en una gran cama,tan grande que parecìa empequeñecer màs su delgada figura,el dormitorio estaba en penumbras ,Akemi y yo fuimos a abrazarla y yo sentìa algo extraño,como si estuviera en otro lugar,no en casa de abuelita.Ahora que lo pienso,era como si mamà estuviera presa y no pudiese regresar libremente a casa.

                         Ella sonreìa,pero su mirada delataba una tristeza que en ese momento no comprendì,hablamos un poco de cosas intrascendentes y luego ,emprendimos el regreso a casa.Papà iba muy callado, como no tenìamos automòvil y era de noche,hicimos el camino a pie;no recuerdo cuànto demoramos en llegar a casa,pero fueron varios kilòmetros que a mì se me hicieron eternos, porque el silencio de mi padre me agobiaba.Sentìa que papà estaba diferente a otros dìas,pero no me atrevìa a interrogarlo.A mi lado,mi hermana canturreaba canciones de moda,tal vez porque a ella tambien le estaba molestando que papà no conversara como de costumbre y querìa llenar el ambiente con algo de mùsica.Llegamos muy tarde a casa y nos fuimos a la cama enseguida,pero yo no podìa dormir pensando ...què habìa sido aquello; ¿por què papà nos habìa sacado en medio de la noche para visitar a mamà,si evidentemente,ella se veìa muy cansada para recibir visitas?La respuesta vendrìa unos dìas despuès.

                         Recibimos la visita de mi tìa Tsuru- hermana menor de mamà -.No la veìa muy seguido por casa,asì que -como siempre - me traguè la pregunta y esperè para saber què estaba pasando porque ella tampoco se veìa bien.Afuera de la casa habìa un gran leño seco que usàbamos como asiento,cuando querìamos pasar un rato en el patio jugando y hasta allà nos encaminò a Akemi y a mì,nos hizo sentar frente a ella y comenzò a hablarnos de mamà.

                         Nos explicò que mamà se habìa puesto mal,que no estaba màs en casa de la abuela porque habìa sido ingresada a una clìnica de Lima y que estaba siendo alimentada con suero intravenoso porque ella no podìa hacerlo por sì misma.Yo no tenìa la màs mìnima idea de los tèrminos que estaba utilizando en ese momento asì que le pedì que me explicara de què estaba hablando;ella nos diò una breve explicaciòn del tema,y Akemi se diò por satisfecha -o no quiso saber màs -y se fuè a jugar con su pelota,dando por finalizado el discurso de mi tìa.Pero yo me quedè sentada frente a mi tìa y muy seria le preguntè si todo eso de lo que hablaba era porque mamà se estaba muriendo,mi tìa se quedò muda de la sorpresa por mi comentario,tal vez no esperaba que yò,siendo la hermana menor,lo hubiera entendido tan crudamente.Tìa Tsuru dejò escapar unas làgrimas y asintiò con la cabeza.Yo la abracè y le dì las gracias.No me atrevì a decirselo a mi hermana,creo que tampoco lo comentè con el resto de mis hermanos mayores que,evidentemente sabìan màs que yo sobre el asunto del hospital y de mamà.

                         Al otro dìa,hacia el mediodìa,papà llegò a casa con la carroza fùnebre que traìa a mamà,yo salì de mi dormitorio para ver quienes estaban entrando a casa;al final del corredor estaba papà,màs derrotado que nunca, miràndonos a mi hermanito y a mì,y con paso cansado,se acercò lentamente a nosotros y se inclinò para abrazarnos,luego nos dijo en un susurro,-mamà ya no estarà màs con nosotros -,Akemi caminaba de un lado a otro,llorando ; mi hermanito,que sòlo tenìa cuatro años,en su natural inocencia,sonreia porque la gente grande estaba llorando.Yo sòlo tomè al pequeño de la mano y  me quedè de pie,mirando a unos extraños acomodando la sala de la casa para el velorio.Era todo tan irreal,como entrar en una pesadilla y no encontrar la manera de despertar.Me sentìa culpable por no poder llorar como los demàs.Todos,preocupados por mì,me pedìan que llorara por mamà y eso me hacìa sentir peor.Sòlo me tranquilicè cuando vì llegar a mi abuelita,tan triste pero callada,como lo estaba yo ; percibìa su sufrimiento por la pèrdida de su hija mayor-pero no lloraba- al menos,no lo hizo frente a mì.

                         Tres dìas despuès de su muerte,nos mudamos a otra casa; ella habìa fallecido un 22 de Diciembre y la mudanza se realizò en plena Navidad,la màs triste de nuestra historia familiar.Un dìa despuès,naciò el hijo mayor de mi hermana Kiku,el que serìa el primer nieto de mamà.Tantos cambios en nuestras vidas,en tan poco tiempo,acabò por atenuar las penas que-de otro modo- nos hubiera consumido por desesperaciòn.Aprendimos que hay mucho en este mundo ,que escapa a nuestro control y que ,asì como esperamos cosas buenas,tambièn debemos aceptar que las tragedias personales son parte de la existencia del ser humano en esta tierra.

                         Al transcurrir el tiempo,tuve la oportunidad de oìr de mis hermanos mayores,muchìsimas historias sobre mamà y las anècdotas familiares que llenaron sus años de formaciòn,historias de las que yo no formè parte,o que no estàn en mi memoria pero que hice mìas porque es parte de mi legado ahora,y a travès de ellos supe de la estupenda madre que tuve,de todo lo encantadora que pudo ser entonces,de su amor por la familia,de su brillante inteligencia,de su habilidad para resolver los problemas-grandes o pequeños- que se presentaban en casa,del amor incondicional a mi padre y a los hijos,de su preocupaciòn por cocinar y alimentar,no solo a la familia,si no ,a toda la tropa de peones que llegaban para las cosechas en la chacra de papà,con los que podìa entablar conversaciones en quechua -el idioma original de los trabajadores, entonces-. Tambien supe de su habilidad para la costura-lo que me trae ahora el recuerdo de una hermosa muñeca de trapo que mamà confeccionò para mì,cuando era pequeña-.Y tambien oì de los detalles amables que tenìa con los vecinos menos favorecidos que nosotros,por la suerte ...y asì,poco a poco, fuì reconstruyendo los recuerdos de mamà.

                        Este año se cumplen 50 años de su deceso;en estas cinco dècadas transcurridas,muchas cosas-buenas y malas-ocurrieron en el seno de la familia,todos los hermanos nos casamos,le dimos 27 nietos y ya perdì la cuenta de los bisnietos y ojalà que-desde donde se encuentre- tenga la oportunidad de ver cuànto creciò su familia.En cuanto a mì,ya tuve la oportunidad de hacerme madre y abuela,pero cuando pienso en ella,vuelvo a ser aquella niña de nueve años,que aùn esperaba cada tarde,a ver si ese era el dìa en que mamà regresarìa a casa para quedarse con nosotros nuevamente.

                         Hoy es segundo domingo de Mayo,Dìa de la Madre en Perù,en Japòn y en la mayorìa de paìses en el mundo, tal vez por eso,hoy es el dìa en que màs pienso en ella,en todo lo que no pudimos compartir juntas y en toda la falta que me hizo.Y tambien es el dìa en que pienso en mis hijos.en los años que me alejè de ellos por venir a trabajar a un paìs tan lejano y me duele doblemente porque sè que tambien yo les hice falta alguna vez y hay momentos en el tiempo y recuerdos que ellos no tendràn de mì,habràn instantes vacìos en su memoria y sè que no hay forma de llenarlos.

                         Pero hoy tambien es tiempo de reconciliaciòn,hoy es el dìa en que puedo saludar a mi madre y decirle cuànto la amo;aunque no estè màs aquì,fisicamente, de algun modo la acerco a mì y le doy ese abrazo a la imagen que mi memoria materializa. Y en unas horas recibirè el abrazo real de Alfredo,mi hijo menor,quien es el ùnico que se encuentra viviendo cerca de mì, en Japòn;  y el saludo virtual  de Enrique,Eduardo y Sofìa,quienes se marcharon de estas islas hace algùn tiempo,en busca de nuevos horizontes.Tambien ellos,en mi corazòn,estaràn hoy conmigo,porque la vida es un boumerang  y al final,de algùn modo,todos volvemos al origen.

                         

                         

                         
                         

                         

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