jueves, 26 de julio de 2012

RETRATO DE UNA APÁTRIDA...(O CIUDADANA DEL MUNDO) Parte 4

RETRATO DE UNA APÁTRIDA... (O CIUDADANA DEL MUNDO)   Parte 4

                     Yo tenía dieciocho años y empezaba mis estudios en la Universidad. No sabía cómo manejaría la situación a partir de allí; era conciente de que todo sería diferente a lo que había vivido hasta entonces. Había pasado  toda mi vida en el campo, con un mínimo de contacto social y era la primera vez que estudiaría en un grupo mixto. De todas las amigas del colegio que postulamos a la Universidad, sólo Renée y yo habíamos ingresado aquel año y nos volvimos inseparables. Me costaba un poco relacionarme con el resto de mis compañeros, así que fué más fácil para mí, acoplarme al nuevo grupo de amigos de Renée. Era un grupo pluricultural venidos de todos los rincones del país, cada quien con sus usos y costumbres; por ellos supe que el Perú milenario era una amalgama de pueblos diversos, unidos en una bandera, pero no exactamente iguales.

Las clases sociales, la diversidad racial, las vivencias personales,... todo era nuevo y enriquecedor para mí; Kike era  de Lima, rubio y de ojos azules; Renée una sexy morena, amiga de mi vecindario; Marco, un callado indígena de Junín; Carlos, chiclayano formado en una Escuela Militar del norte del país,... venían de costa, sierra y selva, cada quien con su propio y peculiar forma de manejar el idioma español... y que puedo decir de mí, criada toda mi vida en la Capital, pero siempre en zona rural, con el agregado de proceder de una familia japonesa muy tradicional, con todas las cosas buenas y malas que ello implica.

                      En el grupo de amigos, éramos solamente dos "nikkei": José y yo; y casualmente compartíamos un apellido en común, razón por el cual, fuimos declarados "primos" y a partir de entonces nos hicimos parientes circunstanciales y nunca más nos llamamos por nuestros verdaderos nombres, siempre fuimos "primo" y "prima". Era un magnífico amigo, siempre mesurado y discreto y me hacía recordar a mis verdaderos primos y a los hermanos que tenía en casa.

                     Un día le pregunté a papá, qué opinaba de la discriminación racial que observaba yo en el ambiente del mundo "nikkei"de nuestro país; me respondió con otra pregunta: "¿por qué?...¿ya tienes enamorado?". Yo me eché a reir, pero luego tuve que ponerme seria para explicarle mi preocupación por las decisiones que tomaría al respecto, porque empezaba a tener amigos y eso significaba que tendría posibilidades de encontrar en algún momento a alguien que me interesara personalmente y que si en casa había problemas de racismo, no me gustaría tener que enfrentarme a él por ese motivo, recordándole que mi único amigo "nikkei",José, no me gustaba ni yo a él, a pesar de mantener una buena amistad. Papá me tranquilizó cuando me dijo que, si bien la mayoría de parientes y amigos japoneses que tratábamos eran racistas, él entendía lo que ocurría alrededor y que siempre dejaría que cada uno de sus hijos tomara su propia decisión al respecto.

                    Mi preocupación se basaba en el hecho de que, una gran mayoria de los japoneses de primera generación y hasta los hijos de ellos - a pesar de haber nacido en el Perú-  conservaban ese "estilo de pensar" (por decirlo de algún modo) y evitaban relacionarse con personas que no fueran de su misma etnia; hasta tenían una palabra para definir a los que no eran de familias japonesas, se les llamaba "dojin"(pronúnciese como en inglés) y los japoneses de antaño recurrían a diversos métodos para conseguir sus propósitos. Los casos de segregación racial, suelen ser ocultados en estos tiempos en que, a Dios gracias, la tercera y cuarta generación de "nikkei" en Perú se vá deshaciendo de tales prejuicios.

                   Una de las costumbres más populares de antes era la intervención de los padres a la hora de encontrar parejas, lo cual no es un atributo de los japoneses; lo encontramos en diversas culturas a través del tiempo. Los reyes europeos de la Época Antigua y Medioeval, sellaban alianzas políticas casando a sus hijos, sin preguntarles su opinión. Y hasta nuestros días, muchas culturas del medio oriente y el África, celebran matrimonios concertados por los miembros prominentes de cada familia y niños y jóvenes son arrastrados desde su nacimiento a una vida conyugal que no desean.

                      Cuando la gran Migración Japonesa se dió en el Perú, en los albores del siglo XX, fueron pocos los que llegaron con una familia constituída, la mayoría eran varones solteros (o con esposas que quedarían olvidadas al otro lado del mundo) y en el transcurso del tiempo, fueron formando sus propias familias en el país anfitrión.Y... he allí el comienzo del problema. Muchas jóvenes solteras llegadas de Japón o nacidas en el Perú eran presionadas para que se casaran con miembros de la comunidad japonesa, por ese afán de no perder ni sus raíces ni sus costumbres, tal vez porque se pensaba que algún día regresarían a Japón y sería menos complicado si mantenían la "pureza" de su etnia. Ahora suena extraño,¿verdad?.

                      Les voy a contar algunas historias al respecto: Una joven "nikkei" se enamoró de un "dojin" o "perujin" para ser más académicos. Los padres, al enterarse se escandalizaron y decidieron casarla con un amigo del padre -japonés como él- que estaba buscando novia para formar su propia familia. La chica tenía 17 años y aquel señor, algo más de cuarenta. Al negarse, la muchacha fué encerrada en una habitación donde fué forzada sexualmente por el "prometido"que eligió su padre y lo que siguió unos meses después fué una maravillosa boda,donde todos los comensales-ignorantes de lo ocurrido- expresaron su alegría por la "felíz" elección de la novia. Hoy esta desdichada joven, es una abuelita de setentaytantos años  ,cuyos hijos y nietos,posiblemente ignoren lo ocurrido en aquellos ingratos tiempos.

                          Conocí a otra señora, que se casó por decisión de su padre cuando era una adolescente y tan inocente como una criatura de cinco años, porque ,créase o no,jamás habia sido instruída en los conocimientos mínimos sobre el matrimonio y especialmente, en lo concerniente a sus deberes conyugales en la cama. Esta señora me contó de la forma brutal como fué violada por su propio marido en la noche de bodas y en los años subsiguientes,simplemente porque a nadie se le ocurrió que debía saber del tema sexual hasta   que lo experimentara en carne propia. Treinta años después, aún revivía la experiencia, sin salir del shock traumático de entonces. Como en el primer caso, tuvo muchos hijos y nietos y a veces me pregunto si alguna vez,esos hijos supieron por lo que ella pasó, quizás habrían entendido esa tristeza infinita en sus ojos, que la acompañó hasta su muerte, ocurrida hace unos años.

                      Hubo muchos casos donde la opción para resolver el problema fué la fuga, especialmente si la novia era quien provenía de una familia japonesa. Algunas fueron posteriormente "perdonadas" y otras, eternamente censuradas por el pecado de decidir por sí mismas, dónde y con quien estaba su verdadera felicidad. Para los varones "nikkei" hubo más tolerancia si optaban por una pareja peruana, aunque los antiguos japoneses, seguían reticentes ante la necesidad de aceptar esa mixtura que hoy por fortuna, va superándose con el tiempo.

                      Ya no quedan muchos de los que sufrieron tales incovenientes en aquellos tiempos y es posible que haya quien me critique por sacarlo a colación en este artículo, pero sólo he contado dos de innumerables casos, de los cuales tuve conocimiento en mi juventud. Hoy la historia es distinta, las asociaciones y clubes de la colonia "nikkei" en el Perú, no son más agrupaciones excluyentes, ahora buscan integrar a toda la sociedad peruana, porque esta es la realidad que se vive, no somos más japoneses y/o peruanos, todos somos PERÚ, orgullosos de nuestras raíces, sí, pero más felices porque formamos una sola Nación y que respetamos la bandera rojiblanca con el sol naciente de nuestros ancestros pero nos acunamos en la nuestra, la bandera -tambien rojiblanca- de nuestra Patria, nuestro amado PERÚ.

                  El Perú está de Aniversario; mañana,  28 de Julio, se cumplen 191 años de la Declaración de Independencia del Perú, 191 años como país soberano; con muchos altibajos y con muchas luchas intestinas en su haber, pero un país orgulloso de su pasado, de su presente y del reto que significa el futuro que construimos hoy para nuestras nuevas generaciones. Hoy más que nunca, entendemos lo que significa la peruanidad. Y no tiene nada que ver con razas ni orígenes étnicos, somos peruanos y punto. Somos esa hermosa conjunción de fuerza pujante y trabajadora que quiere realmente una Patria libre, sin intromisiones externas que pretendan importarnos ideas ajenas y que nada tienen que ver con esta lucha dramática que vive día a día el pueblo peruano para sacar adelante a su familia, a su tierra y a su Nación.

                     Hoy que me encuentro lejos de mi Patria, sigo soñando con el regreso; varada en este lado del Océano Pacífico, cruzo el mar en un vuelo imaginario para llegar a sus costas azules, camino por sus calles grises, pongo mis pies en sus campos verdes y converso con mis vecinos, me embriago del perfume de sus flores y el aromas de sus frutas y al final inundo mis ojos con lágrimas y nostalgia por el inmenso orgullo de haber nacido en Perú. A todos mis compatriotas, ¡Felíz día de la Patria! ¡VIVA EL PERÚ!


                

                 

martes, 17 de julio de 2012

RETRÁTO DE UNA APÁTRIDA...(O CIUDADANA DEL MUNDO) Parte 3

RETRATO DE UNA APÁTRIDA...(O CIUDADANA DEL MUNDO)   Parte 3

               Hace unos días, una amiga me sugirió que escribiera sobre el conflicto minero del Proyecto Conga en la ciudad de Cajamarca  (al norte del Perú) y me dí cuenta que, a pesar de estar siguiendo día a día los acontecimientos en torno a ese problema, no sabía a profundidad los hechos de manera substancial y responsable como para emitir una opinión al respecto, tal vez por estar solamente conectada a los canales televisivos de la Capital; sentí que ya era tiempo de tomar conciencia real de los sucesos, porque estamos hablando de mi Patria, de razones y sinrazones que ha llevado al derramamiento injustificado de sangre inocente y que no necesita ser de uno, diez, o mil; las personas no deberían ser números en las estadísticas de ningun vil documento. Hay gente que queda sufriendo por las pérdidas  humanas: viudas, padres, huérfanos-  y este dolor no tiene nada que ver con la manera como se utilizan luego políticamente, porque entonces los muertos  sirven para otros fines. No es eso lo que me mueve a escribir sobre este tema; me enferma la forma en que se manosean las tragedias humanas.

                     Me introduje en el mundo del Internet;leí, escuché y ví  los argumentos de la otra parte; con "la otra parte" me refiero  a los directamente afectados, los pobladores de Cajamarca y cuyos rostros -salvo dirigentes políticos y algunos "figuretis" estratégicos de grupos alineados bajo consignas no muy claras para mí- no pueden ser vistos en la ciudad capital.

                    Soy de las personas que no suelen meterse en sentimientos políticos partidarios y no me considero políticamente irresponsable por eso. Prefiero mantener la cabeza fría para analizar hechos, sin atentar contra mi propia independencia mental. La política, como la religión, es una realidad de este mundo y como tal, se institucionaliza en grupos que deben seguir pautas prefijadas y limita la libertad de pensamientos. No es mi estilo.

                    El conflicto de Cajamarca, como tantos otros que sufre nuestro país, tiene otras raíces, todos lo saben bien, pero nadie dà su brazo a torcer porque tiene que ver con los valores humanos, tan venido a menos en estos últimos tiempos. Mientras la avaricia, el egoísmo y el materialismo sigan adueñandose de nuestras vidas, poco espacio quedará en el alma para actuar de manera responsable y sostenida en pro de este mundo que legamos a nuestros hijos... ¡ y miren qué mundo!

                     Las diferente Iglesias que conocemos -o creemos conocer- sostienen, cada una a su manera, lo que piensan que  es adecuado hacer durante el tiempo que nos toca permanecer  en este mundo y si consideramos los miles de años que llevamos en este planeta como "raza humana", el tiempo es tan corto y la tarea que traemos bajo el brazo al nacer, puede resultar algo pesada. Y no compensa ni rinde frutos si al final del camino, descubrimos que no hubo aporte positivo de nuestra parte, si no dimos lo mejor de nosotros para ayudar a mejorarlo.

                    No me refiero a las cosas materiales que dejamos a nuestros herederos, me refiero a los valores espirituales que sembramos en sus almas y que nos diferencia de las criaturas que viven sólo por instinto. Vivir en sociedad no es aprender el Himno Nacional o tomar las armas cuando los gobernantes deciden quién es el enemigo; de las batallas se crearon las naciones, es cierto, pero no todas las guerras se justifican porque las agresiones mutuas tienen consecuencias de dolor y pérdida y las víctimas siempre serán eso: víctimas. Y después de remover los escombros que la insanía de algunos provoca, al final, siempre serán pocos los que se beneficien de tanto atropello.

                   Los campesinos cajamarquinos, equivocados o nó, son las grandes víctimas de las malas decisiones de los grupos de poder -desde adentro y desde afuera-  y a estas alturas,  ¿quién les quita la desconfianza y el dolor de sentirse marginados y olvidados de la mano de Dios?. Cajamarca es sólo un ejemplo de la triste realidad nacional.

                    Todo es cuestión de principios, mi padre fué un campesino muy humilde  (por pobreza material y por cualidad espiritual), pero el recuerdo más vívido que tengo de él , es la imagen de un hombre que se levantaba antes que la luz solar iluminara la tierra, que trabajaba de sol a sol y hasta se acompañaba de la luna, si las exigencias de su calendario de riego le obligaba a ello;  -"voy a morir pobre"- decía,  -"pero muero honrado". Y ese fué su legado. Su vida fué un drama en muchos aspectos, por lo menos, es lo que yo ví en sus últimos años, pero hay cosas que considero inolvidables: su honradez fué la bandera que enarboló con orgullo cada día de su vida. Recibió críticas por eso, por no ceder al dinero fácil de negocios  "non sanctus" que le ofrecieron alguna vez, pero él era así y el ejemplo es lo que queda tatuado en la memoria de sus hijos... ¿cuántos políticos pueden guardar tales recuerdos?, porque si es así, algunos deben tener problemas de memoria, pues no aprendieron las lecciones de sus padres.

                     Al margen de la política, hay una frase que, como cosa anecdótica del Twitter quedará siempre en los registros de la memoria colectiva del país: -"¿tan difícil es caminar derecho?" -Sí,evidentemente, es difícil caminar derecho para muchos personajes de nuestra sociedad, lo triste es saber que ejercen poder, que lo utilizan mal y lo que es peor, que no les importa las consecuencias de sus yerros.

                      Esta no es una crónica política, la política es necesaria para mantener el orden de las naciones, pero lamento la forma en que se maneja en el mundo. Son los hombres los que asumen un papel  falsamente divino en la historia de sus naciones y no piensan que su pasaje por esta tierra es apenas un soplo de Dios en el vasto Universo. No creo en las Iglesias como Institución -los hombres las echaron a perder- pero creo en un Dios que evalúa nuestro paso por la tierra. Y la muerte no es tal, al otro lado del charco, algo bueno debe haber esperándome. Amén.

                     

martes, 3 de julio de 2012

RETRATO DE UNA APÁTRIDA ...(O CIUDADANA DEL MUNDO ) 2ª Parte


Más que una amiga,mi hermana de corazón,Renée Barrera.

RETRATO DE UNA APÁTRIDA... 2ª Parte 

               El artículo anterior con respecto al tema que estoy exponiendo, ha provocado algunas controversias porque -como lo dije entonces- el problema de las segregación, en todas sus facetas, es un asunto espinoso y hay sociedades que se niegan a aceptar su existencia o que en todo caso, pretenden cerrar sus ojos. Escucho a mucha gente que se refieren al tema como cosa del pasado ("ahora existen leyes","la Constitución nos garantiza nuestros derechos",etc.etc.), sin embargo, la realidad es otra.

                         Desde nuestro nacimiento, somos educados con una escala de valores, de acuerdo a las necesidades materiales y espirituales que nos rodean. Las prioridades varían de un individuo a otro y es lo que nos hace seres distintos al llegar a la adultez. Empecemos por la familia: en un hogar normal, los adultos vuelcan su amor y atención en los niños que van naciendo y van moldeando en los hijos, los hábitos y valores que consideran adecuados para su desarrollo y su posterior inserción en la sociedad a la que pertenecen. Pero estos adultos no son perfectos y en el camino van cometiendo sus propios errores, los que se ven reflejados en la actitud posterior de los niños en formación. Al pasar el tiempo, la escuela y quienes la dirigen, se vuelven una extensión del papel educador hacia los niños y jóvenes que muchas veces, se ven confrontados en los valores que adquieren de uno y otro lado; por otra parte, se van agregando otros elementos a su vida diaria: amigos, vecinos, redes sociales, medios de comunicación de todo tipo, etc. etc.

                      En primera instancia, los padres, con la mejor intención del mundo, pretenden ser dueños de la verdad en lo que respecta a qué es lo mejor para sus hijos y como tal, actúan. Los resultados varían y las consecuencias son imprevisibles. Vayamos ahora al tema racial. Si un hombre enseña a sus hijos que todo el mundo pertenece a una ÚNICA RAZA HUMANA, con rasgos físicos distintos, pero iguales al fin; y lo sostiene con hechos palpables, eso es un punto de oro para los hijos en particular y para la sociedad en general. Pero... ¿qué hacemos con un hombre que desarrolla la idea de que el grupo étnico al que pertenece y que ha sufrido siglos de oprobio y marginación, no sólo no es inferior si no más bien, es superior al resto de la humanidad?. Personalmente pienso que esta persona es peor que aquel que una vez lo marginó, porque su raciocinio sobre el tema lo lleva al otro extremo que supuestamente repudia. Así vemos el caso de este joven quien- gracias a una envidiable posición económica de la que goza su familia,en un entorno de seres golpeados por la pobreza-  accede a una educación superior que lo afianza más en una situación económicamente privilegiada. Pero el dinero no es suficiente: quiere poder y sabe que él personalmente, no conseguirá todo lo que ansía. Entonces recurre a lo que tiene a mano: sus hijos. Construye un hogar donde la prioridad es formar a los futuros líderes que le daran el poder que sueña. Pero este señor no entiende -a pesar de su nivel intelectual-  que Dios le dió por hijos seres pensantes, no monigotes para su propia diversión. Hoy, uno de sus hijos detenta el mayor cargo político en su país y él le dá la espalda porque no se somete a su autoridad de padre ni permite que domine su pensamiento y sus ideas...y todo empezó por un problema de etnias, ¿hago mal hablando de estos temas?El hijo trata de encontrar el equilibrio entre la parte positiva que recibió de su familia (que supongo,existe) y lo que su propia experiencia le enseña para ser cada día mejor persona. Así que... no todo es válido cuando se trata de la familia.

                   Cuando estudiaba en la Universidad -cuatro décadas atrás -, tuve muchos amigos de raza negra (la mención es sólo circunstancial) con los cuales pasaba muchísimas horas de alegre conversación; salía de clases... y ahí estaba ese grupo increíble de amigos, yo me unía al corro y el patio era una fiesta. No me dí cuenta de que era diferente hasta el día en que, estando todos reunidos en una gran mesa (en realidad eran varias mesas unidas para no perdernos de vista), recuerdo que se apareció el profesor Velásquez -a quien siempre veía muy formal en su clase de Literatura-. Este maestro era muy apreciado porque, aparte de impartirnos clases, tambien era Director del Teatro de la Universidad y por añadidura, actor en teatros y en la televisión local. Todo el grupo comenzó a corear su nombre, saludándolo con mucho cariño y él,muy teatral, puso una cara extraña, nos miró uno a uno y luego se dirigió a mí: "¿qué hace este lunar entre tanta blancura?"; todos estallaron en carcajadas por la pícara ocurrencia del profesor, yo sólo atine a esbozar una tibia  sonrisa y me puse a observar al grupo... efectívamente, en esos momentos resultaba un lunar en medio de todos; pero algo ocurrió entonces que cambiaría mi rutina con respecto al grupo.

                       Llegaron estudiantes negros de otra Universidad y contactaron con miembros de la misma etnia que estudiaban en la mia, entre ellos, mi grupo de amigos. Antes de que me diera cuenta, me vi envuelta en reuniones muy interesantes sobre el problema racial en el Perú. Siendo yo descendiente de japoneses, vivía mi propia problemática racial y desde pequeña, tuve innumerables amigas de raza negra y nunca les ví diferencia al resto de mis compañeras. Vivía en una comunidad muy abierta y hasta ese entonces, la discriminación racial a los negros era tema de libros de historia y no de una realidad que se estuviera viviendo en el Perú. Este grupo se conformó entonces con estudiantes universitarios de ascendencia africana, quienes fueron reclutados en un frente de jóvenes que lucharían contra los casos de discriminación racial en el Perú. El movimiento negro del Perú (ACEJUNEP), tiene ya 40 años de creada y realiza hasta la fecha, actividades relacionadas a la búsqueda de la integración real y efectiva de los negros en el Perú. Si bien no pude participar directamente con su movimiento -por razones obvias- siempre que pienso en ellos, me alegra saber que su lucha continúa y aún recuerdo cuando uno de los muchachos de aquel primigénio grupo, me dijo un día: "no importa japonesa, no puedes tener membresía en la asociación, pero serás la mascota del grupo...";no sé si debiera alegrarme o sentirme discriminada por eso, pero recuerdo que me sentí triste porque sabía que aquella asociación significaba que ya no habrían más reuniones informales después de clases, a menos que trataran temas del nuevo grupo que se armaba. Pero tengo dos recuerdos puntuales de aquellos tiempos, uno triste que se refiere a un accidente automovilístico que sufrió una de las chicas del grupo y que nos unió a todos en la preocupación y el dolor alrededor de su cama, en la clínica donde se encontraba internada; fueron momentos difíciles pero a la vez, era confortante ver tal unión en el grupo. El otro recuerdo fué una fiesta; eran dos hermanos, los primeros sanmarquinos que conocimos en la cafetería universitaria y que justamente llegaron con el proyecto de la asociación del movimiento negro del Perú y un día celebraron juntos su cumpleaños en la ciudad satélite de Ventanilla; aquella fiesta fué inolvidable, una de las mejores reuniones a las que haya asistido, por toda la hermosa gente que conocí, por el calor familiar que le dieron a la fiesta, por esa bella estampa que teatralizaron en medio de la sala y que mostraba la terrible y aberrante época de la esclavitud en el Perú; fué, realmente,una fiesta completa.Lamentablemente, fué a la vez una época difícil para mí y me ví obligada a dejar la Universidad y todo lo que rodeaba mi vida estudiantil hasta entonces. No volví a verlos pero siempre he sabido de ellos por notas periodísticas, entrevistas de radio y en estos últimos tiempos, a través del Internet. El Movimiento Negro del Perú sigue vigente y espero que esten logrando las metas que se trazaron hace cuarenta años. Salud por ellos.